En la jornada de ayer visitamos la verdadera razón por la que la capital italiana pasó a la historia en la antigüedad: el Coliseo y los Foros Imperiales.
Aunque el tiempo no acompañó porque sudamos de lo lindo, eso no nos restó entusiasmo en ningún momento. La visión de una de las maravillas del mundo antiguo nos condujo a poder entender mejor por qué las primeras piedras de la civilización occidental fueron colocadas en Roma y en Grecia.
Por la tarde tuvimos visita a los Caravaggio de la iglesia de San Luis de los Franceses, una nueva maravilla. Y por último la basílica de Santa Maria sopra Minerva.
Y hoy llega nuestra última mañana en Roma. La basílica de San Pablo Extramuros nos espera y después San Juan de Letrán será nuestro último recuerdo.
Esta noche, por fin llegaremos a casa
